Una conferencia enfocada al derecho de libertad de expresión y a como, con el salto tecnológico que se ha vivido en las redes sociales, se ha tomado consciencia de los límites que puede presentar. Una reflexión sobre la figura y la popularidad del censor, apareciendo en programas de televisión y artículos virales donde "nos dicen de qué podemos o no podemos reírnos". 

En palabras del mismo autor: "Ahora todos podemos hablar en el ágora, ya no hay filtro, y la libertad de expresión deja de ser un derecho "censitario" y pasa a ser popular. Consecuencia: ahora estamos condenados a oír disparates, ahora sabemos cuál es el precio real de ese derecho del que se escribió tanto". 

En esta ponencia se reflexiona sobre cómo ciertas figuras de represión primitivas como el tabú y la herejía, que han estado presentes a lo lo largo de los siglos, han demostrado estar aún en vigencia en el siglo XXI. 

¿Por qué borras un WhatsApp, por qué callas esa opinión ante tus propios amigos, por qué no te atreves a decir lo que piensas? Lejos de hablar mal de ti, esta cobardía es un rasgo de supervivencia anclado en nuestros rudimentos biológicos. Sin embargo, el pavor a desentonar, a quedarse solo por haber expresado lo que consideras "la verdad", tiene graves consecuencias para la vida en democracia cuando ciertas cosas dejan de ser discutidas, e incluso pensadas.

La premisa de esta conferencia es que la cultura de la cancelación no es más que una mala reacción de las empresas e instituciones a los problemas de reputación derivados de una decisión de marketing, un anuncio o el comportamiento privado o la opinión personal de un trabajador que se ve envuelto en un linchamiento digital. 

Mediante el análisis de ejemplos de graves afecciones a a la reputación de una empresa, tanto estadounidenses como también a nivel español, se discute sobre si estas incidencias generaron un efecto real sobre dicha empresas o si simplemente se trataba de incidencias pasajeras. 

En este caso se debate sobre la historia de la censura y de los libros y autores perseguidos, en regímenes democráticos y totalitarios, en la antigüedad y en el presente. La reflexión central es qué tiene que pasar en una sociedad para que la expresión cultural se perciba no ya como una molestia del poder, sino como una amenaza social que corrompe y malogra las "esencias".

La conferencia termina siendo una defensa acérrima de la cultura y una crítica mordaz a las posturas más cercanas a la censura y la prohibición.